Jules Bianchi
Mientras el gran circo su decimo quinta fecha disputaba,
la huesuda entre la audiencia se encontraba,
su objetivo no muy claro estaba,
pues con tanta velocidad la vista no enfocaba
Ahí en la séptima curva entre lluvia y grava parada estaba,
a lo lejo la amarilla bandera se ondeaba,
la decisión ya estaba tomada,
hoy Adrián Sutil con ella viajaba
Sutil por su vida rogaba,
pues a la máxima categoría no haber llegado alegaba,
ya un poco harta del alemán dejó que con bien la grúa lo sacara,
con trece vueltas restantes el monoplaza del nicense observaba
Ahí decidio que el piloto de Marussia a Rusia no llegaba,
bajo la grúa el auto rojo con plata fue a parar,
ni con la muerte encima Jules de desafiarla pararía,
nueve meses después por fin las manos dobló,
El diecisiete de julio la huesuda triunfante al otro mundo entró
Con ella a Bianchi llevaba,
pues a la orgullosa calavera no le gustó que la retaran,
con la desición de la huesuda un sueño más se interrupía,
pues solo Dios sabrá si con Ferrari firmaría
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