• Max Verstappen consiguió lo que parecía imposible: derrotar a Lewis Hamilton y consagrarse campeón del mundo en una carrera con muchas polémicas. Gran gesto del piloto británico. Crónica de un fin de semana de locos.

La Fórmula vivió un hito histórico. Max Verstappen se consagró como el campeón número treinta y cuatro de la categoría al ganar el Gran Premio de Abu Dabi. Super Max tuvo un cierre de año complicadísimo ya que no ganaba desde el Gran Premio de México y debió soportar la estoica embestida de Lewis Hamilton que ganó en Brasil, Qatar y Arabia Saudita para llegar al final de campeonato igualados en puntos..

En Arabia Saudita las cosas no habían sido como las planearon el equipo austríaco y Super Max. Esa demencial vuelta de clasificación que Verstappen estaba haciendo se estrelló contra el muro de la curva 27 y allí murieron sus sueños de sentenciar el campeonato. Luego debió minimizar daños durante la carrera para tratar de llegar en buena forma a la definición del campeonato con Lewis Hamilton en Abu Dabi.

Red Bull ideó otra estrategia para tratar de vencer al misil tierra tierra de la casa alemana en el circuito de Yas Marina. Habían dado un fuerte indicio durante los entrenamientos libres del día viernes cuando simularon condiciones de carrera con tanques llenos y neumáticos blandos.

Mientras que en Mercedes no le dieron mayor crédito a este hecho, en el equipo de las bebidas energéticas recopilaron todos los datos de telemetría posibles para estudiar y decidir la estrategia más conveniente a sus intereses. El golpe no sólo debía ser en la pista sino una victoria moral de esas que dejan al adversario lleno de dudas. Claro que todo lo planeado se fue al tacho de la basura debido a la excelente largada de Lewis Hamilton que llegó primero a la curva 1.

Un milagro inesperado

Super Max sufrió la carrera. Su auto nunca pudo estar en el ritmo de carrera que necesitaba Super Max. El dominio del W12 número 44 fue aplastante sin ningún tipo de dudas al respecto. No había posibilidad alguna que Verstappen alcance a Hamilton en condiciones normales. Ello se vio en la magistral defensa de Checo Pérez contra Lewis que le hizo perder nos ocho segundos en poco menos de dos vueltas al piloto inglés. Max se puso a menos de dos segundos de Lewis y desde allí el heptacampeón estiró su ventaja hasta casi los 17 segundos.

Verstappen venía cocinando sus neumáticos blandos debido a que estos necesitan aire limpio y fresco para poder trabajar óptimamente y llegar a un stint de unos veinte giros. La magistral largada de Hamilton había trastocado todos los planes, estrategias e intenciones del equipo de Milton Keynes. Y con lo que podía hacer Max en pista no era suficiente. Una vez que el auto número 33 se puso detrás de Lewis gracias a la labor de Checo no pudo seguirle el ritmo al Mercedes. El sueño del campeonato era imposible de esta manera…

Hasta que ocurrió el milagro: despiste de Nicholas Latifi en la curva 14 a seis giros del final. Safety Car, repentización de Red Bull para hacer entrar a Max en boxes y calzar cubiertas blandas, mala lectura por parte de Mercedes (creyeron que la carrera acabaría con el SC en pista) al no meter en boxes a Lewis, polémicas con Michael Masi por los rezagados entre Hamilton y Verestappen y una última vuelta de locos, de las mejores de la historia de la Fórmula 1.

Super Max, Super Max, Super Max

No nos vamos a detener en este posteo en todas las polémicas que rodearon la consagración del joven piloto neerlandés. Ya habrá tiempo para eso. Lewis Hamilton sabía que sería muy difícil defender la posición con unas cubiertas que tenían más de cuarenta vueltas cuando se relanzó la carrera. Por ello trató de defenderse desde el mismo momento en que Bernd Mayländer abandonó la pista con el auto de seguridad.

Y allí fue Max a buscar al heptacampeón mundial. Todo duró hasta la curva 5 cuando Verstappen superó por adentro a Hamilton, defendió la posición hasta la curva 9 y allí se escapó del piloto británico para buscar la bandera a cuadros y ganar su primer Campeonatos de Pilotos.

Max Verstappen es un legítimo campeón mundial. El hecho que Lewis Hamilton lo haya ido a saludar y a abrazar es prueba de ello. El número 33 fue el mejor piloto de la temporada y el único que se atrevió a enfrentar a Hamilton. Red Bull hizo un gran trabajo con el RB16B mientras que Max tuvo en Abu Dabi la suerte que no tuvo en Azerbaiyán y en Hungría. Ganó diez carreras, se subió al podio en dieciocho oportunidades de veintidós y todo el año obligó a Sir Lewis a ir al extremo. Esta lucha hizo mejores pilotos a ambos e hizo entrar a Verstappen en el exclusivo Club de los treinta y cuatro además de ser recordado como el primer piloto que derrotó a Lewis teniendo otro auto en la era híbrida. ¡Festejá Max, te lo merecés!

  • Información: formulaunoblog.com.ar