El vehículo comúnmente llamado solar es en realidad un auto eléctrico que recolecta la energía de la radiación solar por medio de celdas fotovoltaicas para después convertirla en electricidad.

Estos autos funcionan con voltajes que oscilan entre 84V y 170V. En un día caluroso llegan a tener hasta 2.6 h/p. Debido a sus limitados caballos de fuerza es imposible competir con los autos convencionales y por el mismo motivo sus características son muy específicas: pueden transportar una o dos personas; los materiales son ligeros y fuertes, como la fibra de carbono, titanio y el Kevlar; generalmente poseen tres ruedas y la tracción la lleva sólo una de ellas.

Estos autos llegan a recorrer distancias limitadas sin rayos del sol. Las celdas fotovoltaicas son frágiles, por tal motivo se utiliza diferente tecnología en ellas, como silicio policristalino, silicio monocristalino y arseniuro de galio. Para evitar averías en esta celdas y protegerlas del clima, se encapsulan. También se usan varios tipos de batería para almacenar la mayor carga posible, ya que los autos solares están equipados con los artefactos más esenciales de un auto común.