LA HISTORIA Y EL AUTOMÓVIL

 Estas carreras tuvieron sus inicios en el año de 1911 en un parque de diversiones de Nueva York, Estados Unidos, como una atracción portátil de carnaval. Se les conoció popularmente como Muro de la muerte, inspirado en una pista de bicicletas consiste en un óvalo en forma de cilindro con un diámetro variable que va desde 6.5 m hasta 11 m.

Drome.10Gum Al paso del tiempo dejaron de ser portátiles y llegaron a medir 3.2 kilómetros de largo. La estructura era fabricada principalmente en madera. Los pilotos con sus autos o motos ingresaban dentro del barril para dar vueltas en círculos hasta aumentar la velocidad y subir por la pared vertical del barril para hacer acrobacias (se llegaro a involucrar a un león), o simplemente probar la velocidad que podía alcanzarse gracias a la fuerza centrífuga. Pilotos de hasta ocho años de edad competían en estas pistas.

article-2217592-15803CFA000005DC-817_634x502 La competencia corría generalmente en sentido contrario de las manecillas del reloj. Los espectadores veían la carrera desde la parte de arriba del barril. El espectáculo se convirtióen una industria importante en el año de 1915 y para el año de 1930 existían unos 100 Motordrome en Estados Unidos. En nuestros tiempos sólo quedan pocas de estas pistas y la mayoría son de aquel tiempo.

535546_406876345991577_1773935749_n En playa Rey, California, se construyó un Motordrome de madera con una longitud de 1.6 km en el año de 1910, utilizado para carreras de motor, autos y algunas competencias de aviación, albergando hasta 40 mil espectadores. En enero de 1913 un incendio la destruyó.

En estos circuitos llegaron a registrarse velocidades de hasta 160 km/h. También se hicieron pruebas de resistencia de 24 horas. Los autos corrían velocidades promedio de 160 km/h. durante 24 horas. La bolsa ganadora llegó a ser de hasta 25 mil dólares (mucho dinero para la época de la Primera guerra mundial).

Fueron carreras sumamente peligrosas que cobraron muchas vidas debido a varios aspectos: las llantas inadecuadas levantaban astillas de la madera, lanzándolas por los aires, algunas de ellas se incrustaban en el cuerpo de los pilotos, ponchaban llantas y perforaban radiadores; los autos terminaban estrellados; existían fallas mecánicas; en algún accidente los pilotos podían salirse por arriba de la pista estrellándose con los espectadores, incluso con todo y sus vehículos. Estas competencias eran sumamente caras por el alto costo de mantenimiento (cada cinco años aproximadamente se cambiaba por completo toda la madera) y en ese tiempo no existía un conservador y protector apropiado para madera.